Tijuana, B.C., 28 de noviembre de 2022.- México sufrirá un fuerte embargo comercial en caso de no presentar un plan de salvación de la vaquita marina antes de febrero de 2023, ya que durante la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Floras Silvestres) este país fue determinado como único responsable de la extinción de la especie endémica; lo cierto es que para que este problema llegara a tal grado, no fue el único país implicado.
Para el director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), José Carmelo Zavala Álvarez, la medida indicada por la CITES, que se realizó en Panamá, representa un peligro para México, ya que es uno de los pocos convenios internacionales que tiene instrumentos para ejercer embargos comerciales, pues con el paso del tiempo, el tráfico de especies ha incrementado su valor económico a grado tal que compite con el tráfico de drogas.
Es un hecho que México se quedó solo ante esta problemática, por lo que el egresado LEAD del Colegio de México, destacó que nuestro país sigue sin poder implementar un programa suficientemente efectivo para detener la caída de la población de la vaquita marina, más aún al no poner especial atención a la pesca clandestina de totoaba la cual también es una especie originaria de Baja California y es altamente consumida en China.
La totoaba es un pez que es atrapado ilegalmente en redes fantasma que también aprisionan a la vaquita marina, provocando su muerte al no poder salir a respirar. El principal atractivo de la totoaba es la glándula natatoria o buche, como es comúnmente conocido y es muy solicitada en el mercado asiático.
“Si este fuera el caso que la vaquita marina está perdiendo su viabilidad por la pesca de la totoaba, entonces otros países estarían involucrados: China por ser el mercado receptor y Estados Unidos por ser el país de tránsito hacia China de esta glándula. Al menos estos dos países tendrían que asumir responsabilidad junto con México”.
Agregó que las autoridades federales carecen de contundencia al exhibir que la extinción de la vaquita marina también puede ser producto de la modificación de su hábitat, pues el agua del Río Colorado ya no llega al mar, provocando una pérdida de sedimentos que enriquecen el mar y aportan un fuerte valor ecológico, este también es un factor que contribuye a la extinción del cetáceo.
Esta situación tampoco es responsabilidad absoluta de los estados de Baja California y Sonora, pues estados como Nevada y California, en la Unión Americana, también consumen en altas cantidades las bondades del Río Colorado, evitando que este llegue vivo al mar.
Por esta razón, el experto ambiental reiteró que México no es el responsable único de la extinción de la vaquita marina, por lo que urge presentar mayor argumentación técnica y jurídica a fin de evitar grandes penalizaciones que afecten el desarrollo económico de la nación. “Esta amenazante determinación para febrero puede resultar en un problema económico y financiero de comercio generalizado muy serio para México”, concluyó.